Este es un evento maravilloso sobre el cual hay que meditar
profundamente, ya que es cada vez menos comprendido, con el materialismo
actual, la navidad se ha convertido en
una fiesta sin trascendencia.
El sol físico no es más que una representación del Sol
Espiritual, del Cristo Sol. Cuando los antiguos
adoraban al sol, cuando le rendían culto, no se dirigían propiamente al
sol físico, si no al Sol de la Media Noche, al Cristo Sol.
Incuestionablemente es el Cristo Sol quien debe guiarnos en
los mundos superiores de conciencia cósmica. Todo místico que aprende a
trabajar fuera del vehículo físico a
voluntad, es guiado por el Sol de la Media Noche, por el Cristo Sol. Es él
quien guía al iniciado, quien lo orienta, quien indica lo que debemos y lo que
no debemos hacer. Estoy hablando, en el sentido esotérico más profundo.
Así como el sol físico avanza hacia el norte para dar vida a
toda la creación, así también el Sol de la Media Noche (el sol espiritual, el
Cristo Sol) nos da vida si aprendemos a cumplir sus mandamientos. En las
Sagradas Escrituras, obviamente se habla del acontecimiento solar y esto hay
que saberlo leer entre líneas. Cada año en el Macrocosmos, se vive todo el
drama del Cristo Sol. Reflexionemos en todo esto. Conviene estudiar lo que es
ciertamente el drama del Cristo Cósmico; es necesario que nazca también en
nosotros el Cristo Sol.
En las sagradas escrituras se habla claramente de BELEM y de
un establo donde el cristo nace. Ese establo está dentro de nosotros mismos,
aquí y ahora. Precisamente en ese
establo interior moran los animales del deseo, todos esos yoes pasionarios que
cargamos en nuestra psiquis.
Belem es un nombre esotérico. En los tiempos en que Jesús
vino al mundo, la aldea de Belem no
existía. De manera que eso es completamente simbólico. Bel es una raíz caldea
que significa TORRE DE FUEGO. Cuando el iniciado trabaja con el fuego sagrado,
cuando elimina de su naturaleza íntima los agregados psíquicos o defectos psicológicos, indubitablemente ha
de pasar por la INICIACIÓN VENUSTA. El descenso del Cristo al corazón del
hombre es un acontecimiento cósmico y humano de gran trascendencia que corresponde, en verdad, con la INICIACIÓN
VENUSTA.
Desafortunadamente no
se ha entendido lo que es el cristo. Muchos suponen que el Cristo fue
exclusivamente Jesús de Nazareth, pero están equivocados. Jesús de Nazareth
como hombre (o mejor dicho, Jeshua Ben Pandirá como hombre), recibió la iniciación Venusta, encarnó al
Cristo, pero no solo él ha recibido tal
Iniciación. Hermes Trimegistro, el tres veces grande Dios Ibis de Thot, También
encarnó al Cristo. Juan el Bautista, a quien muchos consideraban como el CHRISTUS, como el UNGIDO, También encarnó ese Principio
Crístico Universal.
Debemos entender que el Cristo no es un sujeto, no es una
persona. El cristo está más allá de la Personalidad, del YO y de la
Individualidad. El cristo en esoterismo auténtico, es el LOGOS SOLAR,
representado por el Sol físico. Ahora comprenderemos por que los Incas, los
Nahuatl, los Egipcios, etc. Rendían culto al Cristo Sol (no se trata de una
adoración al Sol físico, sino a lo que se oculta detrás de ese simbolismo).
Obviamente se adoraba al LOGOS SOLAR, al segundo Logos.
Inútilmente habría nacido Jesús en Belem, si no naciera
también en nuestro corazón. Inútilmente habría muerto y resucitado allá, en la
Tierra Santa, si no muere y resucita también en nosotros (esa es la naturaleza
del SALVADOR-SALVANDUS). El Cristo íntimo debe salvarnos, pero salvarnos desde
adentro. Quienes aguardan la venida de un Jesús de Nazareth para un futuro
cercano, están equivocados. El Cristo debe venir ahora, desde adentro. La
segunda venida del Señor es desde adentro, desde el fondo mismo de la
Conciencia.
Fragmento de una conferencia dictada por el V.M SAmael Aun Weor
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