La palabra
karma significa causa y efecto, acción y
consecuencia. Es necesario entender que no existe causa sin efecto ni efecto
sin causa Todos los actos de nuestra
vida, buenos o malo tienen sus consecuencias.
Evidentemente
que el origen del karma que todos nosotros cargamos es nuestro propio ego, todos
los errores que cometamos producto de el ego se pagan con dolor. Si no
existieran dentro de nosotros mismos ese montón de agregados psíquicos que
conforman el ego, no habría karma que pagar y el resultado seria la autentica
felicidad.
Es bueno recordar
que no solamente se paga Karma por el mal que se hace, sino por el bien que se
deja de hacer pudiéndose hacer.
El karma se
mide de existencia en existencia, la causa se da en una vida y la
consecuencia(el pago) se da en otra posterior. Esto nos lleva evidentemente al
concepto de rencarnación, que en realidad se llama Ley de retorno.
Si en
nuestra pasada existencia robamos, ahora nos roban, si matamos, ahora nos
matan, si perjudicamos a otro de alguna manera, de esa misma forma se nos
perjudicara, etc.
Debemos saber
que el karma es negociable, existe una frase que dice “Al León de la Ley se le combate con la
Balanza”
Si en un
platillo de la balanza ponemos nuestras buenas obras y en la otra ponemos las
malas, ambos platillos pesarán iguales o habrá algún desequilibrio. Si el
platillo de las buenas acciones pesa más, la balanza se inclinara a nuestro
favor; en cambio, si el platillo de las malas obras pesa más, debemos realizar
buenas acciones para inclinar la balanza a nuestro favor y así pagar nuestro
karma.
La mayoría de
las personas que sufren, solo piensan en su propio dolor, nunca les interesa el
sufrimiento ajeno, en este estado de egoísmo vive la gente.
Nunca
debemos protestar contra el Karma, lo importante es saberlo negociar.
Desgraciadamente la gente lo único que hace
es protestar, justificarse echándole la culpa a los demás, etc. Con estas
protestas no se modifica el Karma, al contrario, se vuelve más duro y grave.
Cuando un Karma
se encuentra totalmente desarrollado, tiene que llegar hasta el final
inevitablemente. Esto significa que sólo se puede modificar radicalmente el
Karma cuando el arrepentimiento es total y cuando toda posibilidad de repetir
el error que lo produjo, ha desaparecido radicalmente.
También
debemos saber que cuando hemos eliminado radicalmente un "yo
psicológico", la posibilidad de caer en el erro que ese yo causaba se
termina y en consecuencia, el Karma puede ser perdonado.