Este es el
tercer factor de la revolución de la
conciencia, el trabajo desinteresado por el bienestar de los demás. El V.M
Samael Aun weor dijo: “Aquellos que solo se preocupan por su desarrollo
espiritual y no trabajan por los demás, no consiguen absolutamente nada”. Esto
es por que si solamente nos preocupamos por nosotros y nos olvidamos de los
demás, nos estamos enfrascando en nuestro egoísmo.
En estos
tiempos que corren vivimos en un mundo egoísta, donde millones de personas
mueren de hambre al mismo tiempo que otros tantos tienen tanto dinero que no
les alcanzaría esta vida para gastarlo. Tenemos que entender que nuestra
humanidad es una gran familia, no solamente considerar familia a las personas
con quienes compartimos lasos sanguíneos.
Si anhelamos
la felicidad, debemos trabajar por la felicidad de otros, mientras uno más da,
más recibe, pero el que nada da, hasta lo que no tiene le será quitado.
Dijo Jesús:
“En que os améis los unos a los otros, probareis que sois mis seguidores”. Para
que esto sea posible, debemos eliminar los defectos como el orgullo y el amor
porpio. Debemos trabajar en los primeros 2 factores mencionados en el post
anterior, pero al mismo tiempo, trabajando desinteresadamente por los demás, de
lo contrario, no será posible nuestro avance interior. Este sacrificio debe
desinteresado, puro, sincero, dando su vida para que otros vivan y sin pedir
nada a cambio. Debemos servirle a nuestros semejantes: dar de comer al
hambriento, dar de beber al sediento, en vestir al desnudo, en enseñar al
que no sabe, y sobre todo, mostrarle los misterios gnósticos a los demás.
De esta
forma, dejando el egoísmo de lado, la Luz vendrá a nosotros
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